¿Se puede hacer ejercicio durante el embarazo?

¿Cuáles son los beneficios del ejercicio durante el embarazo?

Los principales beneficios son los siguientes:

• Ayuda a mantener un peso corporal saludable.
• Mejora la condición muscular y la flexibilidad, se prepara el cuerpo para el nacimiento del bebé.
• Mejora la condición cardiovascular, se fortalece el corazón y controla la respiración.
• Se disminuyen dolores de espalda, mejora la postura.
• Se reduce el riesgo de enfermedades como la diabetes gestacional.
• Hay un bienestar psicológico, alivia el estrés y la ansiedad.
• Ayuda a dormir mejor.
• Mejora el tránsito intestinal.

¿Qué contraindicaciones sobre el ejercicio puede señalar el médico durante el embarazo?

Existen algunas razones por las que el médico vea conveniente reducir la actividad física o incluso evitar los esfuerzos del ejercicio, por ejemplo: que la madre presente hemorragia vaginal, presión arterial elevada, amenaza de parto prematuro o aborto, anemia grave, o alguna otra razón que el médico observe.

¿Qué tipo de ejercicios se recomienda?

Se debe evitar el ejercicio de alto impacto o aeróbicos de alta intensidad, para evitar lesiones.

Los ejercicios más recomendables son los siguientes:

• Caminar: Es la forma más segura y fácil de realizar ejercicio para la madre embarazada.
• Natación: Es una excelente actividad ya que permite trabajar todo el cuerpo y existen pocas posibilidades de lesiones.
• Yoga prenatal y estiramiento: Estas dos actividades alivian la tensión y ayudan a mantener el cuerpo flexible y fuerte.
• Pilates: con este ejercicio se aumenta la flexibilidad y fuerza muscular, y no representa riesgos.

Se recomienda que cualquier ejercicio se realice con la vigilancia de una persona calificada para recibir una correcta orientación.

¿Cuándo se debe interrumpir el ejercicio durante el embarazo?

Se debe detener el ejercicio cuando se presente alguno de los siguientes síntomas:

• Dolor en cualquier parte del cuerpo, pero sobre todo en la espalda o pelvis.
• Fatiga excesiva.
• Mareos o sensación de desmayo.
• Hemorragia vaginal.
• Dificultad para caminar.
• Contracciones.
• Pérdida de líquido vaginal.
• Reducción de los movimientos del feto.
• Palpitaciones cardiacas o pulso acelerado, incluso después de descansar.

Aunque no se puede asegurar que realizando ejercicios de determinada forma o frecuencia se tendrá un parto natural, si se puede decir que gracias a los beneficios de la realización constante del ejercicio el proceso de parto será más fácil.

Ten presente que una adecuada orientación y vigilancia de tu médico ayudará a llevar un buen control de tu embarazo.

Si incluyes en tu vida la práctica del ejercicio, la alimentación correcta y el consumo frecuente de probióticos podrás llevar una vida más sana y lograrás disminuir síntomas gastrointestinales incómodos, como el estreñimiento.