Su característico sabor y alto contenido de agua la hacen ideal para calmar la sed y refrescarse en épocas de calor. Sin embargo, más allá de estas cualidades, la sandía es reconocida como una importante fuente de compuestos bioactivos que benefician la salud humana, entre ellos:
Su característico sabor y alto contenido de agua la hacen ideal para calmar la sed y refrescarse en épocas de calor. Sin embargo, más allá de estas cualidades, la sandía es reconocida como una importante fuente de compuestos bioactivos que benefician la salud humana, entre ellos:
Licopeno: este potente antioxidante es eficaz contra el cáncer, enfermedades del corazón, gastritis, aterosclerosis y la disminución de los niveles de colesterol. Además, el licopeno es responsable del color rojo de la sandía y otros vegetales, como el jitomate.
Xantofilas: promueven la salud ocular, la reducción de la inflamación, la prevención del cáncer de próstata y son aliadas en el mantenimiento de la salud cardiovascular.
Compuestos fenólicos: ejercen una acción antioxidante, hipoglucemiante y antitumoral, además de modular la microbiota intestinal.
Citrulina: contribuye a la salud de la presión arterial y el sistema inmunológico, y además ha demostrado ser beneficiosa contra la enfermedad de Alzheimer.
Ácidos grasos insaturados: las semillas de la sandía son una buena fuente de ácidos grasos linoleico y oleico, indispensables en la prevención de enfermedades del corazón.
Los compuestos bioactivos de la sandía no se limitan solo a su pulpa; también están presentes en las semillas, cáscaras y hojas. Esto abre la posibilidad de utilizar los residuos de este alimento como ingredientes en la elaboración de otros productos.
Como postre o colación saludable, la sandía es una excelente opción para la salud. Su inclusión en la dieta contribuye a un bienestar integral, ofreciendo no solo sabor y frescura, sino también importantes beneficios nutricionales.
¡Consume probióticos diariamente como el Lactobacillus casei Shirota y favorece tu salud intestinal!