En alguna ocasión muchos de nosotros hemos llegado a comer hasta quedar más que satisfechos, pero hay personas en las que estos “atracones” son habituales, terminan convirtiéndose en una situación muy frecuente y puede traer consecuencias negativas para la salud. Las causas aun no están bien definidas pero se sabe que las emociones juegan un papel fundamental. El comer se usa como escaparate a la ansiedad, la depresión, el estrés, el miedo o la soledad.
En alguna ocasión muchos de nosotros hemos llegado a comer hasta quedar más que satisfechos, pero hay personas en las que estos “atracones” son habituales, terminan convirtiéndose en una situación muy frecuente y puede traer consecuencias negativas para la salud. Las causas aun no están bien definidas pero se sabe que las emociones juegan un papel fundamental. El comer se usa como escaparate a la ansiedad, la depresión, el estrés, el miedo o la soledad.
De acuerdo al Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (DSM-V) de la Asociación Americana de Psiquiatría, se reconoce al “trastorno por atracón” como el tercer trastorno del comportamiento alimentario, junto a la anorexia y bulimia. Y se define como la ingesta descontrolada de grandes cantidades de alimentos en poco tiempo sin tener hambre.
Suelen presentarse los siguientes síntomas durante al menos 1 vez por semana en un periodo de 3 meses:
A diferencia de la bulimia, el trastorno por atracón no suele presentar conductas compensatorias como el uso de laxantes, ejercicio en exceso o inducir el vómito. El sobrepeso u obesidad suelen ser frecuentes debido al descontrol de la conducta alimentaria, sin embargo, hay casos en los que la persona mantiene un peso “normal”.
Si el trastorno por atracón no se trata a tiempo podría ocasionar, además de los daños psicológicos, alteraciones a la salud producidas por la obesidad como la diabetes, hipertensión arterial, dislipidemias y problemas cardiacos, entre otros. Por ello, se requiere tratamiento con psicólogos que puedan ayudar a mejorar el aspecto emocional y el nutriólogo para que el paciente aprenda a llevar una relación sana con la comida.
El mejorar los hábitos de alimentación incluye el consumo habitual de Lactobacillus casei Shirota. Recuerda que los probióticos forman parte de un estilo de vida saludable.