Sabías que, la parasitosis además de anemia suele afectar la respuesta del sistema inmunológico e incluso reduce la eficacia a las vacunas.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) una cuarta parte de la población está infectada con parásitos intestinales, y la población más vulnerable son niños de 2 a 10 años, sobre todo aquellos que viven en condiciones insalubres y países en vías de desarrollo.
Para tratar la anemia es necesario atacar la causa principal, es decir eliminar los parásitos. A tal respecto las instancias de salud invitan a la población a tomar acciones preventivas contra la infección parasitaria, las cuales consisten en desparasitarse 2 veces al año.
Debido a que los parásitos suelen estar presentes en suelo, agua y alimentos contaminados con heces, las medidas de higiene básicas como el lavado de manos antes de comer y después de ir al baño o manipular objetos pueden aminorar su propagación.
Además, la incorporación de alimentos ricos en hierro como carnes, vegetales de hoja verde y leguminosas (frijoles, lentejas) apoyaran a la erradicación de la anemia y junto con ello, el consumo de lácteos fermentados con bacterias probióticas como el Lactobacillus casei Shirota, ayuda a mejorar la absorción de nutrimentos y contribuye a prevenir enfermedades gastrointestinales.