Sí, nuestra alimentación ejerce un efecto importante a nivel cerebral a través de ciertos nutrimentos y compuestos como los ácidos grasos omega 3, magnesio, calcio y vitaminas del complejo B que pueden influir en el estado de ánimo.
Sí, nuestra alimentación ejerce un efecto importante a nivel cerebral a través de ciertos nutrimentos y compuestos como los ácidos grasos omega 3, magnesio, calcio y vitaminas del complejo B que pueden influir en el estado de ánimo.
Estos nutrimentos participan en la producción de serotonina y otros neurotransmisores que brindan sensaciones de alegría, bienestar y mantienen los tejidos cerebrales en óptimas condiciones.
Dado que el 95% de la serotonina se produce en el intestino, tiene sentido mantener una buena salud digestiva a través del consumo de probióticos.
De hecho, algunos estudios han demostrado que el consumo de probióticos como el Lactobacillus casei Shirota, contribuye a disminuir los niveles de ansiedad y percepción del estrés en comparación con las personas que no los toman.
Así mismo, el consumo diario de esta bacteria benéfica ayuda a mejorar la absorción de los nutrimentos y mantener un nivel de energía óptimo, el cual favorece el estado de ánimo.