El estreñimiento es una condición que se caracteriza por la reducción de la defecación, en promedio 2 veces o menos por semana, o bien, si las evacuaciones son dolorosas, duras e incompletas.
El estreñimiento es una condición que se caracteriza por la reducción de la defecación, en promedio 2 veces o menos por semana, o bien, si las evacuaciones son dolorosas, duras e incompletas.
Si el estreñimiento no es tratado a tiempo el niño puede dejar de comer, retardar su crecimiento, desarrollar fisuras anales y dolor abdominal. Para tratarlo se suelen utilizar laxantes, sin embargo, también es necesario realizar algunos cambios en el estilo de vida.
Se recomienda que los padres acompañen al niño al baño diariamente para brindar apoyo, un buen momento podría ser después de las comidas para aprovechar el reflejo natural de ir al baño (colocar asientos adecuados en la tasa del baño).
Prepararle bocadillos a base de frutas y verduras para incrementar su aporte de fibra e incitarlo a tomar más agua durante el día y mantenerlo activo, lejos de pantallas y televisión podrán contribuir a mejorar su tránsito intestinal.
Por otro lado, el consumo de probióticos puede favorecer también el tránsito intestinal, tal es el caso del Lactobacillus casei Shirota, que, al producir ácido láctico, contribuye a un mayor movimiento de los intestinos incrementando la frecuencia de defecación, al tiempo que vuelve las heces fecales más blandas o de mejor consistencia.