Hoy en día ya no se presta atención a la calidad de alimentos que se consumen, teniendo ingestas con bajo aporte nutrimental y alto contenido en azúcares, harinas y grasas y las cantidades de alimento se han vuelto excesivas y no distribuidas a lo largo del día, manteniendo periodos largos de ayuno.
La alimentación es fundamental ya que de ella se obtiene la nutrición que dará la energía para realizar las actividades diarias.
En situación de ayuno no se obtiene la energía directa de los alimentos, por lo tanto, el cuerpo desencadena una serie de mecanismos de adaptación metabólica para su obtención, principalmente para las neuronas y células hemáticas.
Estos procesos iniciarán con la utilización de las reservas de glucosa llamadas glucógeno que se encuentran almacenadas en el hígado, estas reservas pueden durar hasta 20 horas o menos dependiendo de las exigencias de las actividades a realizar; cuando las reservas de glucógeno del hígado se terminan, se utilizarán las reservas de grasa y proteínas corporales.
Al ayunar se desencadenan ciertos procesos hormonales en los cuales está implicada la disminución de una hormona conocida como leptina que es la encargada de regular la adiposidad y el equilibrio entre ingesta y gasto energético.
En periodos de ayuno disminuyen los niveles de leptina esto ocasiona que el individuo tenga mayor apetito y a la vez una ingesta excesiva, al mismo tiempo esta hormona disminuye la tasa metabólica llevando al cuerpo a un mayor almacén de grasa.
La única fuente de energía del cerebro es la glucosa, al momento de realizar el ayuno el cerebro y las neuronas se sentirán cansadas y tendrán bajo rendimiento físico y mental afectando negativamente la capacidad de concentración.
La presencia de nutrimentos en la mucosa intestinal es de suma importancia ya que estimulan el recambio celular ayudando a la protección y absorción de los nutrimentos, entre más largo sea el periodo de ayuno, la función de las vellosidades intestinales puede ir disminuyendo.
En caso de realizar ayuno con fines terapéuticos, es decir, indicado por tu médico, al reiniciar la introducción de alimentos se recomienda el consumo de probióticos como el Lactobacillus casei Shirota que te ayudarán a restablecer la microbiota intestinal y a su vez lograr mejor absorción de nutrimentos.