El envejecimiento saludable busca desarrollar y mantener la salud física, mental y social de las personas conforme envejecen, a través de la adopción de hábitos y patrones de comportamientos saludables. En este sentido, el ejercicio físico puede ayudar a prevenir muchos de los efectos negativos que tiene el envejecimiento sobre la capacidad funcional y la calidad de vida de los adultos mayores, permitiendo así un mayor grado de salud e independencia en sus actividades cotidianas.
El envejecimiento saludable busca desarrollar y mantener la salud física, mental y social de las personas conforme envejecen, a través de la adopción de hábitos y patrones de comportamientos saludables. En este sentido, el ejercicio físico puede ayudar a prevenir muchos de los efectos negativos que tiene el envejecimiento sobre la capacidad funcional y la calidad de vida de los adultos mayores, permitiendo así un mayor grado de salud e independencia en sus actividades cotidianas.
En general, los adultos mayores físicamente activos tienen un proceso de envejecimiento más saludable en comparación con los menos activos. Dentro de los principales beneficios de la actividad física destacan:
Se recomienda que los adultos mayores de 65 años realicen al menos 150 minutos semanales de actividades físicas moderadas aeróbicas, o bien algún tipo de actividad física vigorosa aeróbica durante 75 minutos, o una combinación de ambas.
Además de la práctica de ejercicio físico, la alimentación correcta, un descanso adecuado, y el consumo diario de lácteos fermentados con probióticos como el Lactobacillus casei Shirota, son elementos que contribuyen a un envejecimiento saludable.