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Cuando se realiza algún tipo de ejercicio el cuerpo consume energía que se obtiene de las calorías de los alimentos. Sin embargo, si se consume mayor cantidad de calorías que la que se gasta, ésta se almacena en el cuerpo en forma de grasa. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), un exceso de grasa visceral se asocia a un riesgo de presentar enfermedades cardiovasculares o contraer enfermedades como Diabetes tipo 2 e Hipertensión Arterial.
Cuando se realiza algún tipo de ejercicio el cuerpo consume energía que se obtiene de las calorías de los alimentos. Sin embargo, si se consume mayor cantidad de calorías que la que se gasta, ésta se almacena en el cuerpo en forma de grasa. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), un exceso de grasa visceral se asocia a un riesgo de presentar enfermedades cardiovasculares o contraer enfermedades como Diabetes tipo 2 e Hipertensión Arterial.
Se ha comprobado que el entrenamiento regular de ejercicios aeróbicos puede aumentar la capacidad del cuerpo para emplear grasa como fuente de energía. Es importante considerar que el cuerpo utiliza las reservas de grasa como una de las últimas opciones de energía y aún con todas las investigaciones existentes, no se puede precisar el momento exacto en que se comienza a consumir la grasa corporal, ya que depende de múltiples factores:
Se recomienda realizar ejercicios con movimiento las extremidades, como correr, andar en bicicleta o nadar. Éste tipo de ejercicios, también llamados aeróbicos, ayudan a estimular la utilización de grasa por diversas reacciones nerviosas, metabólicas y hormonales.
El ejercicio debe representar un esfuerzo que provoque el aumento de la Frecuencia Cardiaca (FC) o pulsaciones por minuto.
Es recomendable conocer la Frecuencia Cardiaca Máxima (FCM), que es el mayor esfuerzo que puede realizar el cuerpo sin comprometer la salud, para entonces comprender cuál sería el esfuerzo adecuado para cada individuo, esta se puede calcular en base a la siguiente fórmula:
FCM = 220 – la edad.
En el ejercicio cardiovascular se recomienda alcanzar el 75% del valor obtenido y mantener esa FCM por lo menos 30 a 60 minutos. Manteniendo este ritmo se puede utilizar la grasa como fuente de energía.
Por ejemplo, mujer de 40 años:
220 – 40 = 180 (FCM)
180 X .75 = 135 pulsaciones por minuto durante el ejercicio
Al realizar esta actividad cerca de la mitad de la energía utilizada proviene de las reservas de grasas corporales.
Lo importante es saber qué alimentos van a ser los más convenientes para que el cuerpo adquiera la energía necesaria y así lograr un rendimiento físico adecuado, sin olvidar una correcta hidratación.
Existe evidencia de que al ingerir alimentos con alto contenido de azúcar o hidratos de carbono simples, puede afectar negativamente a la utilización de la grasa, ya que se inhibe tanto la liberación de ácidos grasos desde el tejido adiposo, como su utilización a nivel muscular cuando se realiza ejercicio aeróbico.
Se recomienda acudir con personas calificadas en entrenamiento deportivo así como profesionales de la salud para obtener recomendaciones individuales sobre tipo de entrenamiento y plan de alimentación de acuerdo a los objetivos deseados.
