La distensión abdominal es una afección común que puede deberse a varios factores, como estreñimiento, intolerancias alimentarias, infecciones gastrointestinales, alteraciones en la microbiota intestinal y síndrome de intestino irritable, también conocido como colitis nerviosa.
La distensión abdominal es una afección común que puede deberse a varios factores, como estreñimiento, intolerancias alimentarias, infecciones gastrointestinales, alteraciones en la microbiota intestinal y síndrome de intestino irritable, también conocido como colitis nerviosa.
Para aliviar la distensión abdominal, es importante identificar y tratar la causa subyacente. Si la distensión se debe a intolerancias alimentarias, se recomienda ajustar la dieta, optando por alimentos sin lactosa o gluten, o siguiendo una dieta baja en carbohidratos fermentables (FODMAP).
El uso de probióticos puede ayudar a restablecer el equilibrio de la microbiota intestinal. Se sugiere consultar a un médico para recibir recomendaciones específicas sobre qué tipo de probiótico utilizar para obtener los mejores resultados.
Además, los médicos pueden prescribir antiespasmódicos o procinéticos para reducir la inflamación. En algunos casos, se pueden considerar técnicas alternativas, como el uso de aceite de menta o la hipnoterapia.
La práctica regular de ejercicio es esencial para mejorar el movimiento intestinal, facilitando el tránsito de las heces y la liberación de gases. Actividades como yoga, respiración diafragmática y caminatas también suelen ser efectivas.
Controlar el estrés y mantener un estilo de vida saludable son fundamentales para la salud gastrointestinal. El consumo de probióticos como los Lactobacillus casei Shirota puede contribuir a mejorar la composición de la microbiota intestinal y, en consecuencia, la salud digestiva.