Su alto contenido de agua la convierte en una fruta refrescante e hidratante. Además, tiene propiedades diuréticas, lo que ayuda a prevenir la acumulación de líquidos en nuestro cuerpo.
Asimismo, la piña contiene ácido málico, una sustancia que ayuda a prevenir la formación de placa dental, lo que contribuye a mantener una óptima salud bucal.
También se ha demostrado que la fibra dietética presente en la piña ayuda a reducir el riesgo de desarrollar estreñimiento, diabetes, cáncer de colon y enfermedades cerebrovasculares.
Finalmente, la piña contiene una enzima llamada “bromelina”, la cual se caracteriza por sus propiedades antiinflamatorias y antimicrobianas, además de mejorar la circulación sanguínea. Incluso, diversos autores han mencionado que comer piña durante las infecciones podría ayudar a interferir con la unión de microorganismos nocivos y su ingreso a las células.
Aprovecha todos estos maravillosos beneficios y disfruta de una mejor salud al incluir la piña en tu alimentación diaria.
Favorece tu salud intestinal consumiendo diariamente
probióticos como el Lactobacillus casei Shirota.