Sean graves o no, estas lesiones afectan la salud de músculos, tendones, ligamentos y huesos, de ahí la importancia de llevar acciones para su prevención como:

• Examen médico previo: detecta problemas de salud o limitaciones físicas como sobrepeso que podrían contraindicar ciertos ejercicios.
• Intensidad adecuada: ajusta el entrenamiento a tu condición física y aumenta la intensidad de forma gradual.
• Calentamiento y enfriamiento: estos ejercicios mejoran la flexibilidad y resistencia muscular.
• Técnica correcta: las posturas inadecuadas son la principal causa de lesiones.
• Vestimenta y equipamiento deportivo apropiados: usa ropa, calzado y accesorios que ofrezcan comodidad y protección.
• Asesoría profesional: tener asesoría personalizada facilita el desarrollo y la adaptación al ejercicio o deporte.

Combinar el ejercicio con una alimentación saludable aporta energía y nutrimentos esenciales. Además, consumir probióticos como los Lactobacillus casei Shirota puede mejorar la digestión y favorecer el buen funcionamiento del sistema inmunológico.