Se puede presentar la necesidad de detener el ejercicio por un periodo de tiempo por diversas razones como enfermedad, lesiones, trabajo, viajes, etc. Si este es el caso, se puede reemplazar la actividad por ejercicios de mantenimiento, de recuperación o rehabilitación, y así no parar por completo el entrenamiento.
No se debe caer en el mito que si se deja de realizar ejercicio el músculo se convertirá en grasa, esto es imposible pues no hay proceso metabólico que realice esa trasformación.
¡No abandones el ejercicio! Recuerda que llevar una vida sedentaria aumenta el riesgo de presentar enfermedades crónicas como la diabetes, hipertensión arterial, problemas cardiovasculares, además de obesidad, problemas óseos y depresión.
Por tal motivo, si ya tienes el hábito de hacer ejercicio ¡no te rindas! Recuerda que para tener una vida saludable debes incluir en tu rutina la práctica del ejercicio, una alimentación correcta y además el consumo frecuente de probióticos para mejorar tu salud intestinal.